
El poder que tienen las palabras en mí
Hoy me siento en un umbral. Un punto de inflexión donde la certeza me invade: quiero escribir, escribir y escribir. Dejarme llevar por las palabras, que ellas sean mi camino y mi redención. La escritura, esa fuerza que ha estado dentro de mí desde siempre, ahora se presenta como una ruta clara, un sendero que quiero recorrer sin titubeos, sin miedos.
Mi vida ha girado como una veleta, impulsada por el viento de lo que espero, de lo que podría llegar. Pero hoy reconozco que ya no quiero depender de lo externo, de lo incierto. Hoy elijo mi destino. He descubierto que la magia está en mí, que siempre ha estado aquí, esperando a que la mire de frente y la acoja. Por eso mi blog se llama "La magia es azul", porque azul es mi nombre al revés, y también porque el azul es profundidad, es el cielo y el mar, es el infinito que se extiende ante mis ojos cuando decido abrirme a las posibilidades. Azul es Luza, es la luz que me habita y me impulsa.
Dios está conmigo, lo siento en cada palabra que fluye de mis manos, en cada idea que cobra vida en mi mente. Sé que mi abundancia seguirá creciendo, porque he tomado la decisión de seguir el camino que mi corazón me está mostrando. Un camino distinto, una forma nueva de hacer las cosas. No necesito esperar a que algo ocurra para empezar a vivir mi sueño. Ya lo estoy haciendo, aquí y ahora.
Me siento libre. Libre porque la escritura me da alas, me permite dar forma a mi mundo interior, explorar mis emociones y transformar mi realidad. La libertad de escribir sin ataduras, sin expectativas ajenas, es el mayor regalo que puedo darme. Y lo estoy haciendo. Estoy eligiendo mi futuro con cada palabra que plasmo en este blog, con cada historia que imagino y cada sueño que persigo.
Hoy quiero pedirles a mis ángeles, a Dios, al Universo, que me acompañen en este camino. Que me den la claridad para seguir adelante, la paciencia para cultivar mi arte, la valentía para enfrentar los miedos que aún puedan aparecer. Y sobre todo, que me recuerden cada día que la magia está en mí. Que escribir no es solo un acto de creación, sino de transformación. Y que, al escribir, me encuentro a mí misma una y otra vez.
Hoy empiezo una nueva etapa, con el corazón abierto y la certeza de que este es el camino que quiero recorrer. Escribo, luego existo. Y en esta existencia llena de letras y sueños, la magia, mi magia, brilla con un resplandor azul intenso e infinito.